domingo, 17 de julio de 2011

Soledad

A veces sos tan cruel soledad... 
Apareces de repente haciéndote sentir con todas las fuerzas, como una gran bofetada en la cara. 
Un solo suspiro me nace del alma y sólo eso me basta para darme cuenta que penetraste en mi... y aunque suelo estar rodeada de gente, solo sé sentirme sola.
Me veo entonces mendigando cariño, queriéndote extirparte de mis entrañas pero a la vez entregándome a vos por completo.
Nada me satisface cuando te apoderas de mi, te volvés angustia, melancolía, añoranza, tristeza, ausencia, desesperación.
Busco un abrazo, una caricia, una mirada.
Entonces, inesperadamente me encuentro.
Me reconozco, me siento y me vuelvo plenamente consciente de mi.
Sé quién soy, quién quiero ser y con quién quiero estar.
Ahora mi ser busca entre miles de recuerdos esa sonrisa que tanto bien me hace; naufragio en ella y me aferro íntegramente.
Es en este momento que me alejo de ti por completo aunque solo sea un mínimo instante.

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